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8 de marzo - ¡Todas al Día Internacional de la Mujer!

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El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se congregarán millones de mujeres en manifestaciones y reuniones masivas en todo el mundo. En varios países, responderán al llamado a una huelga mundial de mujeres, como lo hicieron en los últimos años. En España, seis millones, algo sin precedentes, aceptaron el llamamiento emitido por las organizaciones de mujeres y feministas, a las que se unieron sindicalistas, quienes iniciaron exitosamente una huelga y pudieron presionar a sus líderes para que le brindaran apoyo tácito.
Un objetivo central de los organizadores es hacer visible no solo el trabajo de las mujeres en las fábricas, en la tierra, en los hospitales, escuelas, tiendas y oficinas, sino también el trabajo no remunerado que las mujeres realizan todos los días en el hogar.

Al centrarse en las mujeres trabajadoras, como lo hicieron las creadoras del 8 de marzo hace más de un siglo, la huelga mundial de mujeres marca un importante paso adelante. Todos los socialistas, comunistas, de hecho, todas las organizaciones de la clase obrera y los oprimidos y, en particular, la afiliación masiva de los sindicatos, deben apoyar la convocatoria, para que la gran huelga mundial se convierta en una realidad.

Claramente, todavía tenemos un largo camino por recorrer para lograrlo, pero cada viaje comienza con el primer paso y se han dado varios pasos importantes en la última década.

En América Latina hemos visto movimientos masivos contra el feminicidio y violencia contra mujeres como "Ni una menos” en Argentina o "Ele Não” en Brasil. En los Estados Unidos, millones de personas se agolparon en las marchas de mujeres contra Trump y su agenda sexista.

También en muchos países asiáticos, las mujeres no solo han engrosado por millones las filas de la clase trabajadora, sino que también han librado luchas de masas. En la India, millones de personas se manifestaron contra el sexismo, la violencia, el abuso sexual, el acoso y las prohibiciones religiosas reaccionarias contra las mujeres. Las trabajadoras también desempeñaron un papel importante en la huelga general de dos días, seguida por 150 millones de personas, en enero de este año.

En países como Turquía se han manifestado, y se manifestarán de nuevo, de forma masiva, a pesar de las prohibiciones y la represión policial. Incluso en Arabia Saudita, hemos visto valientes protestas de mujeres.

En Europa, grandes movimientos en defensa del derecho al aborto salieron a las calles en Polonia, Irlanda y España, enfrentándose a la agenda de las iglesias y los populistas de derecha. En resumen, hemos visto el surgimiento de un nuevo movimiento mundial de mujeres.

Ataques desde la derecha
Este nuevo movimiento es, en gran medida, el resultado de los cambios en el capitalismo global, particularmente desde la gran recesión, que ha transformado las condiciones de vida de la mayoría de las mujeres. En las semi-colonias, millones de ellas se han convertido en trabajadoras asalariadas, pero para la mayoría, esto significa que ahora soportan la doble carga de la explotación y el acoso en el lugar de trabajo y en el hogar.

Las mujeres aún ganan menos que los hombres, a menudo menos de la mitad del salario de los trabajadores varones en la misma rama de la economía. Con mucha frecuencia se ven obligadas a trabajar con salarios bajos, en contratos a corto plazo y extremadamente precarios.

Además, el neoliberalismo ha socavado, o incluso destruido, muchas de las ganancias sociales logradas por los movimientos de mujeres y trabajadores. Los ataques al estado del bienestar, la privatización y la comercialización de los servicios sociales, desde la sanidad, hasta el cuidado infantil, pasando por el transporte público, la educación y la atención a las personas mayores, afectan a las mujeres de manera desproporcionada, lo que refuerza y ​​aumenta la doble carga del trabajo doméstico no remunerado y el trabajo mal pagado en las fábricas, campos o “sweatshops” (fábricas y talleres de explotación laboral o trabajo semi-esclavo).

Las mujeres migrantes, los refugiados y las personas LGBT se ven especialmente afectadas, ya que a menudo se les niegan incluso los derechos democráticos básicos de los ciudadanos de los países en los que buscan trabajo y refugio. Tras haber huido de guerras, invasiones, violencia y sobreexplotación en sus propios países, ahora se enfrentan al racismo, el abuso y la sobreexplotación en los países donde buscan refugio.

En todo el mundo, por ejemplo, después de las sangrientas contrarrevoluciones que derrotaron a la Primavera Árabe, el surgimiento de la extrema derecha, de los populismos de derechas, del fundamentalismo religioso de todo tipo, e incluso del fascismo, siempre van de la mano de un ataque a los derechos de las mujeres.
Estos ataques golpearon con dureza a las mujeres de clase trabajadora y a las mujeres campesinas, pero también amenazan los avances logrados por las mujeres de clase media o profesionales y no se detendrán a menos que sean combatidas y derrotadas. Los Trumps y los Bolsonaros, los Kaczyńskis y los Erdogans, los Modis y los Bin Sallahs de este mundo no se irán sin una lucha de masas decidida y valiente.

Los religiosos reaccionarios, ya sean cristianos evangélicos, católicos, islamistas, hindúes o budistas fundamentalistas, están estrechamente relacionados con el surgimiento de la derecha, los ataques a los derechos democráticos y los movimientos hacia el autoritarismo o incluso hacia regímenes abiertamente dictatoriales. Obligar a las mujeres a desempeñar un papel subordinado, fortalecer una división social del trabajo basada en el género, ataques reaccionarios a la "ideología de género" y al feminismo, todo ello va de la mano con un aumento del chovinismo masculino y una minimización del sexismo y el machismo de todo tipo.

Respuesta internacional
Este ataque global necesita una respuesta global. La lucha contra la opresión de las mujeres y por los derechos de las personas LGBT constituye una parte clave de la lucha mundial contra los ataques neoliberales, la explotación capitalista, el aumento del racismo, la destrucción del medio ambiente y la amenaza de guerra y ocupaciones. La próxima ronda de la crisis capitalista abrirá los ojos a millones de personas con una fuerza aún mayor. La lucha por la redivisión del mundo entre las grandes potencias imperialistas y las posibles potencias regionales, que está impulsando el auge del nacionalismo, el chovinismo y el racismo, apunta a la necesidad de coordinar la lucha por la liberación de la mujer, en sí misma una parte indispensable de la lucha de clases.

El Día Internacional de la Mujer y la huelga mundial de mujeres pueden y deben ser un punto de arranque tanto para la construcción de un movimiento de mujeres verdaderamente internacional, e internacionalista, como para la reactivación del movimiento de la clase obrera mundial.

Para esto, debemos exigir que los líderes de las organizaciones de la clase trabajadora, los sindicatos y los partidos, así como el movimiento de mujeres, apoyen las acciones, huelgas, mítines y manifestaciones masivas del 8 de marzo.

Durante demasiado tiempo, el Día Internacional de la Mujer se llevó a cabo como una "celebración" de "hasta dónde hemos llegado", con la satisfacción implícita de la minoría de mujeres de clase alta con sus "logros" individuales. De hecho, debe ser un día de lucha de masas, una manifestación furiosa por lo lejos que estamos todavía de alcanzar la igualdad. Tiene que ser una advertencia para los gobernantes del mundo. Como decían en la lucha sudafricana contra el apartheid, "cuando golpeas a la mujer, golpeas una piedra".
Dentro del movimiento, debemos enfatizar la necesidad de ir más allá de un solo día o de una acción enfocada a nivel nacional, a menudo en respuesta a ataques extremadamente reaccionarios. El movimiento de mujeres, quienes apoyan la huelga mundial de mujeres, debe tomar la iniciativa de convocar conferencias de acción nacionales, regionales y mundiales, y reuniones de delegadas para coordinar las luchas. Esta iniciativa obviamente se centraría en la reconstrucción de un movimiento mundial de mujeres, pero también debería abordar todos los otros temas clave de la lucha de clases internacional: explotación, racismo, autoritarismo, destrucción ambiental, saqueo imperialista y la guerra.

En esto debería seguir el ejemplo histórico del movimiento de mujeres socialistas antes y durante la Primera Guerra Mundial; actuando como una de las fuerzas más dinámicas y progresistas para unir la oposición al imperialismo y al capitalismo y promover así la creación de una nueva internacional revolucionaria.

Tal perspectiva claramente requerirá clarificación política y lucha dentro del movimiento. Las fuerzas burguesas liberales, como los demócratas estadounidenses y las feministas burguesas o pequeñoburguesas, pero también los partidos reformistas y los líderes sindicales, han fallado al movimiento de mujeres. O bien quieren hacer las paces con un capitalismo más liberal o "reformado", o rechazan una estrategia que ponga en su centro la unidad de las masas trabajadoras y la creación de un movimiento de mujeres obreras. También se niegan a abordar el hecho de que la opresión de las mujeres está ligada al sistema capitalista o no abogan por los medios necesarios para derrocarlo. Como todas las demás formas de opresión social, la opresión de las mujeres no puede superarse sin luchar contra la explotación capitalista misma.

• ¡Todas al Día Internacional de la Mujer! 
• ¡Por un nuevo movimiento mundial de mujeres de clase trabajadora! 
• ¡Unir la lucha por la liberación de las mujeres y LGBT con la lucha contra el capitalismo! 

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